Dentro de que mi abanico de gustos cinematográficos es bastante amplio, soy un aficionado a las comedias románticas ( y para demostrarlo les recomiendo mi tesis sobre ello)
Puede que mis obras favoritas sean de género evidenteménte fantástico como puede entreverse en el título de este blog, sin embargo disfruto de una buena historia de amor como el que más, preferiblemente con un toque de comedia.
Pero si a esto le añadimos, como en este caso, el que siempre ha sido mi concepto favorito de la ciencia ficción: "los viajes en el tiempo" la combinación es irresistible.
De este modo nos presentamos en el último día de la fiesta del cine con esta obra que para mi sorpresa esta escrita y dirigida por nada menos que el autor de la que considero la mejor comedia romántica de la historia: "Love Actually", Richard Curtis.
Una cuestión de tiempo no llega a la genialidad de aquella, pero encandila igualmente.
Nos cuenta una historia sencilla, la historia de siempre la de chico conoce chica. Pero Curtis se mueve como pez en el agua en este tipo de situaciones. Sus personajes encantadores, su sentido del humor inglés que tan bien le sienta y ese Londres que parece la Toscana por el buen clima. Todo nos rodea y nos encandila haciendo que nos enamoremos de sus personajes, y en especial de una Rachel McAddams que luce adorable como nunca.
Hemos de recordar que McAddams ya hizo una incursión en el espacio temporal con la correcta adaptación de la novela "la mujer del viajero en el tiempo" pero cuyo contenido es bastante distinto a la película de esta crítica. Y esto lo digo porque puede que más de uno lo haya pensado e incluso confundido obras.
"La mujer del viajero del tiempo" o "Más allá del tiempo", como se tituló la película en España, trataba el desplazamiento temporal como una enfermedad, como algo no controlado. Si bien anulaba por completo la posibilidad de paradojas aferrándose al concepto de predestinación y de que no es posible cambiar el curso de la historia. Algo bastante molesto a mi entender ya que quita bastante gracia a la temática temporal, y carece de sentido científico por otro lado.
Aquí, en "Una cuestión de tiempo", la relevancia de los saltos en el tiempo es posiblemente algo más anecdótica, al fin y al cabo. Si es cierto que Tim, el protagonista de la película, descubre que tiene esa habilidad a los 21 años y eso nos dará unas cuantas risas y unos buenos momentos mientras vemos como se las ingenia para enmendar las patochadas debidas a su caracter inseguro y torpe en más de una ocasión.
Pero poco más que eso. Al igual que le ocurrila a "Más allá del tiempo" no es una película de paradojas, no es Regreso al Futuro, ni el Efecto Mariposa, si bien el funcionamiento del viaje en el tiempo es más similar a esta última que a la primera. Y si estudiamos detenidamente la película al llegar a su final, descubriremos que todo lo que le acontece a Tim hubiera sucedido igualmente de no tener su capacidad de desplazamiento temporal.
Quizás el protagonismo de los viajes en el tiempo cobra verdadero sentido en cuanto a la relación de Tim con su padre, un Bill Nighty que como siempre borda sus personajes. Esto nos da los momentos más sensibleros, pero adecuados, de la película. No desvelaré nada más sobre ello.
Curtis utiliza el viaje en el tiempo para darnos una lección sobre la vida, para enseñarnos que cada día en nuestra vida es único e irrepetible y hay que vivirlo intensamente.
Una cuestión de tiempo es una buena comedia romántica que sorprendentemente no entra en la dinámica habitual de las etapas de la comedia romántica clásica (y me remito nuevamente a mi tesis) y es posible que por eso funcione tan bien.
Así que resumiendo, dosis de humor, saltos en el tiempo, una bonita reflexión y una Rachel Mc Addams preciosa... al menos merece un visionado.
Nota: 7/10
Nota final al margen de la película: la pérdida de paradojas en las historias de espacio-tiempo es una mala costumbre que están tomando algunos autores. Para mí eso no se traduce sino en la falta de dominio de esta rama de la ciencia ficción y que cortando por lo sano se evitan complicaciones en los argumentos. Eso se me antoja perezoso cuanto menos. Señores guinistas y directores si no se manejan con un sencillo salto en el tiempo, no hagan películas de esta temática, por favor. Si las hacen háganlas con todas sus consecuencias
..... porque yo lo diga, ¿no?
Nos cuenta una historia sencilla, la historia de siempre la de chico conoce chica. Pero Curtis se mueve como pez en el agua en este tipo de situaciones. Sus personajes encantadores, su sentido del humor inglés que tan bien le sienta y ese Londres que parece la Toscana por el buen clima. Todo nos rodea y nos encandila haciendo que nos enamoremos de sus personajes, y en especial de una Rachel McAddams que luce adorable como nunca.
Hemos de recordar que McAddams ya hizo una incursión en el espacio temporal con la correcta adaptación de la novela "la mujer del viajero en el tiempo" pero cuyo contenido es bastante distinto a la película de esta crítica. Y esto lo digo porque puede que más de uno lo haya pensado e incluso confundido obras.
"La mujer del viajero del tiempo" o "Más allá del tiempo", como se tituló la película en España, trataba el desplazamiento temporal como una enfermedad, como algo no controlado. Si bien anulaba por completo la posibilidad de paradojas aferrándose al concepto de predestinación y de que no es posible cambiar el curso de la historia. Algo bastante molesto a mi entender ya que quita bastante gracia a la temática temporal, y carece de sentido científico por otro lado.
Aquí, en "Una cuestión de tiempo", la relevancia de los saltos en el tiempo es posiblemente algo más anecdótica, al fin y al cabo. Si es cierto que Tim, el protagonista de la película, descubre que tiene esa habilidad a los 21 años y eso nos dará unas cuantas risas y unos buenos momentos mientras vemos como se las ingenia para enmendar las patochadas debidas a su caracter inseguro y torpe en más de una ocasión.
Pero poco más que eso. Al igual que le ocurrila a "Más allá del tiempo" no es una película de paradojas, no es Regreso al Futuro, ni el Efecto Mariposa, si bien el funcionamiento del viaje en el tiempo es más similar a esta última que a la primera. Y si estudiamos detenidamente la película al llegar a su final, descubriremos que todo lo que le acontece a Tim hubiera sucedido igualmente de no tener su capacidad de desplazamiento temporal.
Quizás el protagonismo de los viajes en el tiempo cobra verdadero sentido en cuanto a la relación de Tim con su padre, un Bill Nighty que como siempre borda sus personajes. Esto nos da los momentos más sensibleros, pero adecuados, de la película. No desvelaré nada más sobre ello.
Curtis utiliza el viaje en el tiempo para darnos una lección sobre la vida, para enseñarnos que cada día en nuestra vida es único e irrepetible y hay que vivirlo intensamente.
Una cuestión de tiempo es una buena comedia romántica que sorprendentemente no entra en la dinámica habitual de las etapas de la comedia romántica clásica (y me remito nuevamente a mi tesis) y es posible que por eso funcione tan bien.
Así que resumiendo, dosis de humor, saltos en el tiempo, una bonita reflexión y una Rachel Mc Addams preciosa... al menos merece un visionado.
Nota: 7/10
Nota final al margen de la película: la pérdida de paradojas en las historias de espacio-tiempo es una mala costumbre que están tomando algunos autores. Para mí eso no se traduce sino en la falta de dominio de esta rama de la ciencia ficción y que cortando por lo sano se evitan complicaciones en los argumentos. Eso se me antoja perezoso cuanto menos. Señores guinistas y directores si no se manejan con un sencillo salto en el tiempo, no hagan películas de esta temática, por favor. Si las hacen háganlas con todas sus consecuencias
..... porque yo lo diga, ¿no?
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