miércoles, 17 de diciembre de 2008

Coprósculo: una de ... ¿vampiros?

El caso es que ya estaba advertido, ya cuando vi el primer trailer noté mi sentido arácnido dándome una patada en "salva sean las partes" avisándome del riesgo que corría ver aquella película. Algo olía a podrido en Dinamarca, pero aun así me dejé atraer por la curiosidad, por lo atractivo de ver una nueva cinta de vampiros y por qué no reconocerlo... al igual que Ulises, me dejé guiar por los susurros de una sirena.


El caso es que de una forma u otra me encontré sentado en la butaca de un cine listo para ver Crepúsculo.



Como ya os previne en aquel otro post, Coprósculo (como la llamaremos a partir de ahora empleando el adecuado prefijo copro, es decir: mierda) amenaza con contar una historia de amor entre una chica introvertida, y rarita, y un chico igualmente rarito pero que tiene a su favor que está tremendisimo, o eso pretende hacernos creer la película.

La gracia viene cuando se desvela que el chico es un vampiro...y... dios es que no sé para qué me molesto... la película es una puñetera mierda.

¡No vayaís a verla! ¡Si lo hacéis os arrepentiréis el resto de vuestras vidas! Pretendía hacer una crítica inteligente y sutil de semejante bazofia, pero es que éste "Corpósculo" no da ni para eso.

Una historia da amor que pretende resultar romántica unicamente basándose en miraditas, suspiritos y poses al estilo catálogo de Calvin Klaine. Una supuesta promesa de acción que no tiene más que una triste pelea a empujones entre dos adolescentes hormonados. Unos efectos especiales que ni siquiera alcanzan el nivel de un capítulo de Héroes, o incluso Smallville. Y una estética Vampirírica que se pasa por el forro de los cojones toda la mitología creada desde antes de Stoker hasta la fecha. ¡Desde cuando los Vampiros se vuelven plateados con el Sol!.... no no se queman señores, ¡se vuelven plateados! Por no mentar que ni siquiera tienen caracterizacion alguna, ni colmillos, ni frente abombada al estilo Buffy, sólo unos ojos amarillos (si pretenden sorprenderme con eso a mí....) y unas posturas como las que podríamos adoptar Muerte, Segundo o yo mismo jugando a las películas e imitando a un Mandril de la Patagonia.

Y lo peor es que dura DOS HORAS. Dos interminables y agonizantes horas con sus 120 minutos de sopor viendo como una trama que no avanza hacia ninguna parte se desarrolla para contar una historia que podría relatarse en un trailer de 10 minutos.

La película cumple las espectativas... promete ser un truño y lo es. ¡Avisados quedáis!

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