martes, 31 de diciembre de 2013

Frozen: ¡¡¡¡Por el Polvo de diamanteeeeeees!!!!!


Por mucho que nos pese a un gran número de aficionados al cine de animación, las películas de dibujos han pasado a mejor vida sustituidas por técnicas que permiten mostar un espectáculo visual dificilmente alcanzable con la animación clásica.

Hace casi dos décadas que Pixar sentó unas bases sólidas sobre las que se ha desarollado una nueva forma de hacer cine. Proyectos visualmente superiores cada año y decenas de estudios que se sumaban al carro de la animación por ordenador.

Al principio tuvimos ambos estilos, Pixar, como sucursal de Disney, nos regalaba su obra informática, mientras que los estudios de animación de la pripia Disney continuaban con su trabajo clásico.

Pero finalmente Disney, tras los resultados tan flojos de sus últimas incursiones con "Hermano Oso", "Zafarrancho en el Rancho" o "Tiara y el Sapo" ha optado definitivamente por la animación por ordenador.

En 2010, Disney recuperó parte de la gloria que se había esfumado en los últimos años con su obra "Enredados", volviendo a los inicios para elaborar su argumento y regresando a los cuentos clásicos de princesas.

Este año Disney rebusca en la misma fórmul, regresa a las historias de princesas que tan buenos resultados cosecharon en el pasado, pero se quedan algo más fríos, nunca mejor dicho.

Frozen cuenta la historia de dos hermanas, la pequeña y alocada Anna y la responsable Elsa portadora de los poderes del caballero del cisne... que digaaaaaa.... capaz de invocar  el frío y el hielo. Sin embargo la incapacidad de Elsa para controlar sus poderes la obligará a mantenerse distante de su hermana.

Es un planteamiento sencillo sobre el amor entre hermanas y la importancia de la familia, y poco más.

Los personajes de Elsa y Anna reciben una importante influencia de "Enredados", tanto en el diseño de ambas, como en el caracter en el caso de la joven Anna. Ambos personajes están bien trabajados y funcionan en pantalla y de hecho son las que soportan todo el peso de la película.

Elsa tiene presencia, glamour y carisma. Emana belleza y poder por su piel. Lástima que no haga gala del mismo en un enfrentamiento a su altura.

Anna es nerviosa, descarada y divertida. Es un torbellino de positividad y diversión. Es radiante y adorable como sólo estos personajes encantadoramente alocados son capaces de serlo.

Por contra los personajes secundarios son demasiado básicos, demasiado sencillos, hasta el muñeco de nieve Olaf, pese a tener unos cuantos momentos de lucimientos  no alcanza el estilo de personajes pasados. Pascal, el camaleón de Rapunzel, aun sin hablar, tenía más presencia y carisma. Cumplen su cometido, el chico guapete, su compañero y el bufón de la historia, pero daban para más. Quizás los pequeños trolls, pero a su corta intervención son de lo mejor en cuanto originalidad y puesta en escena se refiere.
Hay que mencionar que esta obra carece por completo de un villano a la altura, lo que le resta tensión en intriga a la obra. No hay sensación de amenaza, de verdadera aventura. Tan solo una historia sobre la reconciliación de dos hermanas y su intento de deshacer esa ventisca adelantada a su tiempo. 

Aun así la historia es bastante entretenida sin poder evitar un par de clichés.

Hasta que llegamos al punto "peculiar" de la obra. La banda sonora. Hasta ahora las películas Disney habían tenido sus canciones que añadían espectáculo a la cinta. Pero en el caso de Frozen hay que advertir que nos encontramos ante un musical en toda regla. Ya no es añadir música porque sí. Hay momentos en los que la canción es imprescindible para sentir la trama. Un musical en toda regla. Y aunque las piezas musicales son buenas por separado, todas seguidas en el hilo de la película llegan a casar. ¿Por qué? Por una razón muy sencilla. Son demasiado parecidas. Canciones de perfil adolescente y ñoño que podrían haber sido sacadas de un capítulo de "Hanna Montanna" o la actualmente en el candelero infantil "Violeta". Los espéctaculares números de Tim Rice o Hans Zimmer, títulos como "Qué Festín", "Bajo del Mar", Hakuna Mattata", variados, pegadizos y sorprendentes han sido depuestos. La cantidad de canciones cantandas por los mismos personajes rompe el ritmo de la película y corre el riesgo de cansar tanto a algunos niños, como a adultos. Insisto que las canciones no son malas de por sí, peeero se hacen un poco cuesta arriba por su carencia de variedad.

Pero aun no hemos llegado al gran acierto de esta película.

Su diseño artístico.

Espectacular. Visualmente es una maravilla. El modo en que la nieve y el hielo se alzan en esta obra es solemne. Las escena de la creación del palacio de hielo es memorable, e incluso la canción que suena es menos ñoña adornada con el poderío de Elsa que luce todas sus habilidades como si del Dr. Manhatan en Marte se tratara. Disney despliega su tormenta de invierno con maestría en una época propicia para hacernos sentir como si verdaderamente estuvieramos hundidos en la nieve y eso si es digno de ver.

Frozen nos deja algo fríos, si llevamos el listón que dejó Enredados, pero sin duda es lo mejor que ha dado la animación este año y recupera el espíritu clásico de Disney que tanto se echaba de menos. Es una película digna de ver, entorpecida por una banda sonora desafortunada en lo que a su simlitud se refiere, y la carencia de un verdadero fin que justifique la trama. Pero que cumple su función de entretener y hacer volar nuestra imaginación como siempre ha sido el leit motiv de Disney

NOTA: 7/10

Os dejo con el gran momento musical de la película para los que quieran repetir la experiencia o no les importe adelantar el visionado previo a ver la obra completa (aunque aviso que pierde sin conocer el contexto previo del personaje)





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