sábado, 7 de diciembre de 2013

Carrie: yo esto lo he visto en algún sitio...


Ya lleva un par de semanas el remake de Carrie en nuestras salas.
¿Qué podríamos decir de este remake de la obra de Stephen King?.... Pues que se tomaron muy a pecho la palabra remake.
Si bien la historia de Carrie era de sobra conocida, su director podía haberse molestado en crear algunas escenas más o inventar un transfondo más allá de lo esperado. El problema de esta obra es que la historia es la que es y no hay esfuerzo por mostrar nada nuevo.

La actriz protagonista Chloe Grace Moretz, un diamante en bruto que aun tiene para mostrar mucha más de lo que saca a relucir en esta Carrie, crea una versión más que correcta del personaje. Sin embargo flaquea en algunos puntos. Estaremos de acuerdo en que lo hace todo lo bien que es capaz, pero Chloe es demasiado guapa, demasiado angelical, y eso no se lo quita de encima por muy introvertida que pretenda parecer. Hollywood tiene la fea costumbre de dar a mujeres de 10 los papeles de chicas feuchas y marginales,  eso hace mella en su credibilidad.

No diré que Sisy Spacek en el 76 fuera un orco de Mordor (aunque yo nunca la he encontrado actractiva a fin de cuentas) pero su aspecto huesudo, alargado y grimoso,  con esos ojos saltones, la hacían mucho más inquietante. Chloe Grace Moretz no provoca ese terror ni esa inquietud que provocaba la obra del 76 al final de la cinta en su gran orgía de masacre y muerte.

Julanne Moore se hace con el papel de madre fanática y odiosa de maravilla creando dando los mejores momentos de la película en su perturbadora relación madre hija. Aunque la primera secuencia de la película es poco creible, no la interpretación sino...

 (Ojo SPOILERS)
....el hecho de que una mujer adulta desconozca que ha estado embarazada durante 9 meses
(Fin SPOILERS)

Por lo demás al margen de las dos protagonistas, la película no nos ofrece nada más. Una carrera de hora y media que se desplaza aceleradamente hacia un final inevitable y de sobra conocido que no permite, o no se molesta (según se mire) en salirse de los railes que ya estableció Brian de Palma en 1976. No hay más esplicaciones de las conocidas, no hay nuevas escenas memorables todo se resume en llegar a ese final, a ese momento del cubo y la sangre de cerdo y lo que le sigue, lo mismo de siempre pero con efectos de 37 años más avanzados.

Resumidas cuentas: una obra que se disfruta, que revive el clásico y que no va más allá de un estricto remake, idénticas escenas protagonizadas por nuevas caras.

Nota: 6.5/10

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