lunes, 16 de diciembre de 2013

EL HOBBITT: De todo menos desolador....


Tras un año de espera, o dos, según se mire, ha llegado al fin. No tarde ni pronto, ha llegado cuando era necesario. Bilbo y los 13 enanos de Erebor continuan su empresa de recuperar la montaña solitaria y entran  en la cartelera pre-navideña por la puerta grande.

Hay disparidad de opiniones en lo que a esta segunda trilogía de la Tierra Media se refiere. Para muchos "Un viaje inesperado" fue un jarro de agua fría donde la sed de aventuras y fantasía se vio ahogada por una historia que arrancaba algo arrastrada y bufonesca con un plantel de enanos " cama arriba-cama abajo" que no merecían el relevo recibido de Aragon, Legolas, Gimli y el resto de la compañía.

Sin embargo para mí, "Un viaje inesperado" fue el principio de una nueva aventura cargada de posibilidades, una oportunidad de regresar a la Tierra Media desde otro punto de vista, y cumplió las espectativas. La historia nos habló de nuevos personajes, acompañados de algunos viejos, y tan viejos, perfectamente entrañables si se les da la posibilidad. Jackson a dado a cada uno de los 13 enanos una valiosa personalidad que los convierte en un conjunto perfecto que no permite excluir a ninguno de ellos. Pese a que al principio una retaíla de Bifur, Bofur, Bombur, Balin, Dwalin, Filli, Killi, Ori, Dori, Nori, Oin, Gloin y por su puesto Thorin (que conste que los acabo de escribir de memoria) resulte confusa e indistiguible, merece la pena ser observada atentamente para ver más allá de unos nombres musicales (Recomiendo encarecidamente los apéndices en Blu Ray de la versión extendida para conocer más sobre estos enanos y los maravillosos actores que los interpretan. Les garantizo que tras el documental veran como cada uno de esos enanos se convierte en parte independiente pero indivisible del grupo)

Y como decía... que me pierdo, para mí el comienzo de aquel viaje inesperado resultó tan emocionante como la formación de comunidad, aunque reconozco que carecía del clamor épico que destacó a la segunda, en parte también por lo novedoso del asunto.

Sin embargo en este segundo acto, las presentaciones ya están hechas, quienes hayan querido aprenderse el nombre de los enanos ya lo han hecho, y los acontecimientos ruedan por incercia sin necesidad de impulso.

La cinta recorre una carrera de obstáculos hacia la montaña solitaria con nuevas situaciones y mostrándonos nuevos lugares de la Tierra Media de los que habíamos oído pero aun no habíamos visitado.

Conoceremos a los elfos del bosque negro y nos sorprenderna las diferencias con los afables  y educados elfos de Rivendel. Thranduil no es Elrond y eso queda claro desde el primer momento. Hasta la fecha apenas habíamos rozado el lado más egoista y arisco de los elfos. Hasta Legolas está cambiado, o para ser más correctos, aún no ha cambiado. Lo que tiene sentido si lo enlazamos con el recelo del elfo en "La comunidad".

Nuevos personajes y  nuevas aventuras. Mención especial a Evangeline Lilly, la elfa Tamriel y al humano Bardo. Las dos caras nuevas más significativas de la obra que funcionan bastante bien sin ser tan maravillosos como para acaparar más protagonismo del que merecen. Presiento que su momento aun está por llegar.

Unn ritmo trepidante que presenta un corto, pero ineficaz bajón hacia el principio del tercio final de la película, en la visita a la Ciudad del Lago, pero que se compensa por el cresccendo final y la aparición del gran protagonista de la cinta: Smaug.

Hasta la fecha, podíamos considerar a Draco de "Dragon-Heart" el máximo exponente de cuanto el cine de dragones ha ofrecido. Podríamos dedicar una larga entrada con respecto a los dragones del cine (y se hará) pero la presencia y la sabiduría de Draco no había sido igualada hasta la fecha.


Jackson nos ha dado a su rival interpretativo definitivo. Smaug es todo lo opuesto a Draco. Egoista y vanidoso, iracundo y soberbio. Es un terror alado cuya magistral voz hiela la sangre. No tendrá tanta repercusión mediática como la tuvo Gollum en su día, ni será tan propenso a ser imitado. Pero tras años de ilustraciones, versiones animadas y esquemas en la imaginación de tantos lectores, Smaug tiene una voz y una forma definida y el resultado es sublime. No decepciona.

Y en todo esto hay una historia paralela, una historia que ya se asomó hace un año y que continua este. Es la sombra que manipula en la sombra mientras Bilbo y los enanos de Erebor tratan de cumplir su objetivo. Es la sombra que desvía continuamente la atención de Gandalf. Una presencia que Jackson está introduciendo lentamente en esta trilogía para poder conectar ambas obras en su gran capítulo final.

Por cierto, no se dejen engañar por esta imagen, una de las pocas en la red que revela el aspecto del dragón.... el resultado final en pantalla es mucho más satisfactorio.


Todo lo referido al Nigromante y a Dol Gundur no formaba parte de "El Hobbit" original de Tolkien sino de apéndices del Señor de los Anillos y de su tercera obra "El Simarrilion". Pero la intención del director de incluir esta historia secundaria hace ganar a la película y al propio Gandalf. Nos devuelve esa continua sensación de amenaza que se cernía sobre La Comunidad del Anillo y proporciona a Gandalf uno de sus mejores momentos desde el enfrentamiento contra el Balrog en Moria. Nada que ver con el bochornoso encuntro con el Rey Brujo de Angmar en "El Retorno del Rey".



Muchos han criticado a Peter Jackson, o han hecho mofa, de como está convirtiendo un cuento sencillo para niños como es "El Hobbit" en una larga trilogía de tres películas de aproximadamente tres horas cada una. Pero alargar esta obra con tales inclusiones creo que es un acierto que nos enriquece en gran medida este regreso a la tierra media.

Hay un par de puntos negros en la obra, como he comentado existe un bajón en el ritmo narrativo hacia el comienzo del tercer tercio de la película que puede resultar algo desmotivador o provocar que nuestra atención disminuya, afortunadamente es solventado tras la aparición de Smaug.
Por otro lado la banda sonora es bastante más floja que en su predecesora, y por su puesto que en la anterior trilogía, rescata algunas piezas de "Un viaje Inesperado" sin hacer uso de la gran "Misty Mountain" y sin un nuevo tema memorable, al menos en un primer visionado.
Podríamos decri que el final de la cinta es algo abrupto, si bien bastante razonable puede dejar a más de uno frustrado por carecer de una conclusión en los dos arcos argumentas en los que diverge la película. Reconozcamoslo, nos fastidiará a todos porque nos quedamos con ganas de más.
Finalmente, un detalle molesto a los ojos de un aficionado al mundo de los dragones, los cambios experimentados en Smaug en cuanto al diseño de sus extremidades. Pese a ser concebido como un dragón de estilo occidental con 6 extremidades, cuatro patas y dos alas, y aunque en el prólogo de "Un viaje inesperado" se aprecia claramente en su entrada en Erebor sus cuartos delanteros, como extremidades independientes de las alas (de hecho es lo único apreciable del dragón en la primera cinta) Se ha optado por cambiar el diseño a un estio wyveresco, dando al dragón cuatro extremidades, es decir, dos patas traseras y como miembros anteriores sus dos alas. Una costumbre algo molesta que se ha adoptado en varias ocasiones en el cine (esto mismo se vio en "El Reino del Fuego" o en los dragones de la saga de Harry Potter".

Pese a estos detalles muy menores, y reconozcámoslos, muy frikis. "La desolación de Smaug" es una continuación del viaje trepidante y repleta de más aventuras en  la Tierra Media que no dejará indiferente a ningún espectador.

Lo peor... que hay que esperar otro año para ver el final de esta trilogía.

NOTA: 9/10


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