jueves, 19 de junio de 2014

Don Quijote: el primer friki de la historia.

Y digo yo... pues no fue Don Quijote sino el primer friki oficial de la historia....

Un tipo descrito como "complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro" vamos, un tirillas,.... que se encierra en su casa con una pila de libros de caballería y se pone a leer como si no hubiera mañana. Y me apuesto que si hubiera tenido un ipod se hubiera puesto de fondo una buena banda sonora a lo Zimmer o Williams para darle subidón a esas páginas apergaminadas....

Total... que se lia a leer como un poseso y cuando cierra el último libro dice..."joder... que guapo está esto"... y cuando mira por la ventana de la granja y ve la que le espera picando paja y barriendo estiercol de cerdo dice... "un huevo me voy a quedar yo aquí aguantando el calor este de Albacete en verano" (porque Cervantes no se acuerda del lugar... pero os digo yo que era Albacete)

Así que el joven Alonso, porque era un muchacho no os creaís, lo que pasa es que en aquella época ya con veintipico tenían cara de viejunos, como en Juego de Tronos que Rob Stark tenía 16 años cuando la lio en casa de Walder Fray.... y parecía que tenía 30.

Total... decía que el joven Alonso dijo... "aquí me voy a quedar yo... mis cojones 33"... y haciendo uso de su imaginación y de lo leído en las novelas de caballería se hizo el primer cosplay de la historia....

Se pasó por un chapa y pintura y mangó el primer trozo de latón que pilló para hacerse una armadura. Se cortó dos veces, pillo el tétanos y al final consiguió algo medio decente...

Después para hacerse su solemne yelmo compró una palangana a un vendedor ambulante que se cruzó de camino a Cuenca.

La lanza fue más jodida porque no se había inventado la fibra de vidrio ni el pepakura así que tiró de una rama de un chopo forrada con papel de aluminio que se dobló en la punta la primera vez que se flipó con unos gitanillos que le preguntaron si quería comprar cobre.

Y así,con la armadura desvencijada y sobre un caballo más seco que la mojama se dispuso a imitar a sus héroes por las tierras manchegas.

Dicen que al salir del pueblo lió a un vecino gordo que tenía un pony orejudo y que estaba de alargando la baja laboral para no tener que volver a recoger las lechugas en el campo. El gordo vio que le iban a multar por la pillería y dijo "aquí que yo me hago el tonto y me voy con el friki este antes de que vengan los del seguro y me calcen"

El resto ya es historia... pero cuentan que al final de su viaje montaron el I Salón del Cómic de Barcelona....

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