Y seguimos con el toreo semanal con esta serie emperrada en completar su 9 temporada a base de alargar desesperadamente la trama argumental.
Si bien los últimos dos capítulos había resultado retomar un poco en sentido, el ritmo y el interés del trayecto final de la serie. Hoy amanecemos con una nueva vuelta a lo absurdo, inútil e innecesaria.
Un capítulo con el que justificar dos horas más en esa cuenta casi a tiempo real hacia la ya aborrecida boda de Robin y Barney. Un capítulo que simplemente habla de la resaca de Barney, fruto de los acontencimientos de los últimos 3 capítulos, y de como el grupo de amigos trata de espabilarlo. En serio, en circunstancias normales, ¿esto da para hacer un capítulo?
Y para buscar la necesidad a este argumento ausente de ingenio, nuevamente contamos con escenas metidas con calzador del futuro Ted y su futura señora, garantizándonos "porque sí", y como ya se han acostumbrado estos guionistas, lo bien que se llevan los dos. Recordándonos, por si alguno lo había olvidado, que tenemos que creernos que están hechos el uno para el otro, sólo porque lo dicen ellos.
Lástima, lástima de temporada. Ted podía perfectamente haber conocido a la madre al principio de la misma y haber pasado toda la temporada tratando de conquistarla hasta conseguirlo finalmente al final de temporada. Esto hubiera justificado la química, hubiera creado ambiente y hubiera trasmitido lo que la serie prometía en un principio.
Pero se han empecinado en contarlo al revés.
... y lo peor es que ya da igual. No dejaremos de ver la serie a estas alturas. Nos tragaremos el final, lo aceptaremos en mejor o peor medida y nos aguantaremos la ira por haber destrozado una serie que estaba llamada a ser la máxima exponencia del romanticismo en cuanto a Sit-Coms se refiere.
Lástima.
NOTA 5/10
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