miércoles, 29 de enero de 2014

Cómo conocí a vuestra madre: 9x16 How Your Mother Met Me



En la recta final de esta serie que nos acompaña desde 2005 es un poco tarde para hacer análisis exhaustivo de todo lo que ha pasado por ella, pero aun estamos a tiempo de caminar juntos en el último tramo.

Casi todos los que encontramos en Ted un espejo en el que mirarnos hace 9 años pudimos disfrutar de grandiosos momentos durante las primeras 5 temporadas y que posteriormente entró en barrena con una lenta agonía que estaba impregnando a sus originales personajes de un insoportable hastío.

De esta forma entrabamos en la 9 temporada para llegar a la aun cuestionable boda entre Robin y Barney y su agonizante transcuro en quasi-tiempo real. 

Con una Robin masculinizada hasta el extremo de tal manera que poco queda de la chica encantadora que a todos nos enamoró en las primeras temporadas. Los guionistas se han encargado, con bastante habilidad por cierto, de evitar cualquier atisbo de competencia que Robin pudiera haber dejado en nuestras mentes con respecto a la futura madre. Por mucho que Ted se encabezone ya no vemos a Robin como su media naranja, es demasiado independiente, demasiado fría, demasiado ¿canadiense?... ¿qué les pasa a los americanos con los canadienses?

Barney, quien ha aguantado casi el peso de la serie en las últimas temporadas, pierde fuelle. No funciona del todo como novio y menos como prometido. Aun tenemos todos que ver con nuestros ojos que esa boda se celebre, pero hay algo que nos escama a todos. El episodio previo, el 9x15, trató de demostrarnos que los sentimientos de Barney son profundos y sinceros, pero tras crear ese fabuloso personaje, visceral, egoista a la par que ingenioso, es muy dificil de creer semejante cambio mientras que al mismo tiempo evitan desprenderse por completo de ese punto de genialidad y locura que lo habían convertido en el personaje más original de la serie. Un ir y venir continuo entre la inmadurez y el compromiso que lo hace inestable.

Lilly y Marshall son los que menos cambios han experimentado a fin de cuentas. Sus vidas son las que más han evolucionado, se han casado, tienen un hijo, pero ellos se mantienen como pareja sin grandes cambios, con mejores o peores momentos, y con ese punto de perfeccionismo asqueroso que siempre han rezumado desde poco después de su boda. No molestan porque casi siempre ha sido así, es su papel. Su discusión sobre el sí de Marshall a su futuro como juez rompiendo el sueño italiano de Lilly no interesa, sabemos que no romperán por eso y tan solo nos distrae y ocupa valiosos minutos de cada capítulo con un relleno que se alarga demasiado.

Y llegamos a Ted. A nuestro espejo, a ese reflejo de una parte de cada uno de los que nos hemos enganchado a esta serie, seamos hombres o mujeres. Ese punto de locura dentro de la serenidad, ese espíritu soñador y ese idealismo de que lo mejor está a la vuelta de la esquina. Porque como bien decía un gran amigo todos nos sentimos un poco identificados con este personaje. Probablemente no nos parecemos entre nosotros. Tú que estás leyendo estás palabras poco tendrás que ver conmigo que ni me conoces o con tu compañero de trabajo que también ve la serie. Pero muchos vemos algo de nosotros en Ted, porque Ted es universal. Quizás muchos se crean un Barney o les divierta pensar que son como él. Pero en el fondo todos somos Ted.

O lo éramos porque también las temporadas han hecho estragos en él. Todos los foros lo comentan, todos lo sabemos, los guionistas lo han maltratado en aras de explotar "la gallina de los huevos de oro" patetizando el sueño de este pobre neoyorkino, obligándole a aferrarse a un patético enamoramiento con una Robin que ya nada tiene que ver con aquello que le hizo pensar que podía ser la mujer de su vida. 

Y con este desalentador planteamiento nos colocamos en la temporada final, con este planteamiento y con esta imagen.


Un "pché" generalizado, un "ni fu ni fá" que se nos coló a todos en la boca en el desenlace la de octava temporada al  ver revelado el rostro de la futura madre. Pequeña, sencilla, poquita cosa y privada de personalidad se nos hizo muy dificil creer que esta joven, Cristin Milioti, pudiera competir con la Robin original, con Victoria (cuya aparición sentó para mí las bases del espíritu de la serie en la boda donde conoció a Ted) o con otras tantas. 

Mostarla así fue injusto, una imagen sin derecho a defenderse. Hasta la 9 temporada donde nos han dado pequeños aperitivos de su personalidad en cada uno de esos momentos donde ha ido conociendo a todos menos a Ted. Pequeños momentos que parecían querer demostar su valía pero no ganaban impulso. 

Por no mencionar dolorosas e inverosímiles cagadas como adelantarnos la futura petición de mano de Ted sin demostar química alguna entre ellos. Después de que Ted robara una trompa azul, encontrara la pastelería ButterCup, hiciera llover y nos demostrara cómo enamorar a una chica en una cita de 2 minutos (otro momentazo romántico de la serie), tras toda esa genialidad y habiendo encontrado por fin a la mujer de su vida los guionistas saltaron en el tiempo y nos hicieron ver que llegado el momento de la verdad se limitarían a ponerlo de rodillas. Por mucho que estuviera en lo alto de un faro.

Pero por fin nos empiezan a compensar. Por fin llegamos a este capítulo. Un capítulo que olvida un poco a Ted y a los demas en la posada de Farhampton, para contarnos la misma historia comenzando de nuevo en 2005 desde otro punto de vista. Esos momentos de paraguas amarillo y tobillos vistos de refilón, esos momentos que nos dejaron con ganas de más, entre la sonrisa y el fastidio. Ahora vuelven pero desde el otro lado del río. Por fin la conocemos a ella de verdad, por fin la identificamos, quizás hubiera sido mejor desarrollarlo en varios capítulos, pero 20 minutos nos han sido suficientes para ver en ella lo que Ted verá en los capítulos que vendrán a continuación. Ya no es una cara en una ventanilla, ni la chica simpática que se cruzaba continuamente en los capítulos que llevamos de temporada. Aun no tienen nombre, y es una pena que vayamos a estar con ella tan poco tiempo. Después de tantos años solo nos acompañará unos capítulos para que Ted nos la arrebate y sean felices el resto de sus días, pero nosotros ya hemos comenzado a quererla antes que él y la secuencia final del capítulo nos ha demostrado que vamos a enamorarnos de ella.



Tras estos pesados años, me alegra que hayas vuelto "Cómo conocí a vuestra madre", te rogamos que no te vayas y te quedes hasta el final de esta historia que comenzaste con nostros en 2005.

Os dejo la secuencia final del capítulo para los que queráis verla de nuevo, ojo los Spoilers. 
La calidad no es la ideal, lo reconozco.



¿dije que no iba a hacer análisis exhaustivo......?

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